Ni muy muy ni tan tan

 Parece que tengo el blog abandonado pero lejos de ser así, es raro el momento en el cual no este pensando hoy en movimientos, ideas, música que acompañe, tiempos; tengo un cuadernillo azul donde escribo porque la parte del dibujo esta un poco compleja aun bajo todas estas ideas que tengo en la cabeza. Paso a contarme(les) qué esta pasando por mi cabeza:


Mi partido conceptual, a diferencia del anterior, decantó solo, las piezas se acomodaron en su lugar con mucha armonía y seguridad, no lo forcé por querer apurarme, le di tiempo (tampoco una eternidad) y todo fue aclarándose. Cuando ya iba tomando forma mi cabeza empezó a volar en cuanto al objeto y experiencia perse, empezó a volar alto porque no puedo negar ni afirmar que tuve el pensamiento de contactar al de Fuerza Bruta (no sabía muy bien con qué finalidad) pero si era necesario le arma una instalación en el patio de casa. Me di cuenta que siempre pienso muy a lo grande, cosas realmente poco probables que sucedan hoy por hoy y más en este contexto. Pasé de pensar en un hacer un cubo gigante donde la persona entra, el cubo empieza a girar (cómo nadie lo sabe pero para mi en ese momento, eran detalles) y a la persona le caiga basura de todos lados porque sí había algo que tuve y tengo claro es que yo quiero que mi usuario cambie, que después de esta experiencia (no digo que se convierta en Greta Thunberg) además de pasar de un estado de ánimo A a un estado de ánimo B, tenga un momento de reflexión, un instante de duda. 


Lo del cubo era demasiado, pensé en hacer un chaleco (simulando a uno de fuerza) con sogas y que el usuario deba ponérselo para vivir la experiencia porque otros de los elementos que yo no quería ni quiero perder es la falta de control, el no poder decir no por parte del usuario, que estén atados de manos y pies (en su momento lo pensé de manera literal después me di cuenta que quizás era too much). Volviendo al chaleco de sogas, la persona luego entraría a un cuarto oscuro con música muy fuerte, se sentaría sobre una silla y lo único que aparecería era una soga de la cual tendría que tirar o con la boca o con los pies, esa soga era lo único que habría en la sala, la única salvación de aquel abismo. Una vez que tiraba de la soga, caería sobre el usuario una especie de mezcla entre agua (si era agua de mar mejor) y basura. Aparecería una segunda soga, de la cual tiraría y probablemente una tercera, pero tirada tras tirada más agua y más basura caería porque buscaba que el usuario se sintiese en el mismo abismo donde se encuentra el mundo.


Después de la clase del viernes, fui por otro camino pensé en cajas de plástico con agua y basura tmb. Empecé a pensar en la experiencia, poder poner quizás arena en el piso o algo que simule serlo, ¿qué música pondría? ¿cómo serían esos momentos? Me di cuenta que no estaba muy segura de la idea, no cumplía con la falta de control que para mi era fundamental, no veía el movimiento pero como un poco el relojes sentían que me apuraban y dije bueno esto es pero a medida que lo pensaba y craneaba, no sentía la idea como propia, no lo estaba disfrutando y si hay una regla de oro que yo tengo con la facultad en general pero sobre todas las cosas con esta materia es disfrutar, que eso no quiere decir que no tenga micro-frustraciones, momentos de tensión o de decir "bueno este es todo el amor que le puede dar hoy,  eso está pero es pasajero, son momentos. Me di cuenta que no lo estaba disfrutando, que tenía que respirar y volver a pensar, a bajar ideas.


Y así como así (pensarán muchos pero la realidad es que lo que estoy por contar, cada vez me doy más cuenta que no es así como así que yo no hubiese llegado a esto sin todo el camino recorrido, que un comentario puede cambiarte las reglas del juego porque vos le encontraste el significado que necesitabas o pasar por la vida como lo fue un comentario), una amiga llega a casa y me dice "mira amiga la joda que me hizo Agustín, viste cuando alguien te trae esos souvenirs de la costa que vos no sabes qué hacer porque no podes rechazar el regalo pero a fin de cuentas lejos está de ser algo que te gusta?" (Saca del bolsillo una Tabita de surf que dice Miramar) "y bueno nada ahora que la tengo, la voy a poner en la mochila". Literalmente, no se si alguna vez le paso a alguien más pero por a o por b, los imanes, delfines de colores, caracoles, botellitas con caracoles, TODO SOUVENIR que te regalan termina en algún lugar de tu casa o en la heladera o en un estante y quedan ahí un poco contra tu voluntad pero también con bastante aceptación. Pero la realidad o por lo menos lo que yo noto es que los souvenirs realmente no te muestran el lugar, calculo que tienen la finalidad de funcionar como máquina teletransporatadora o del tiempo, pero no te muestran lo real, no te muestran la cara B, no te muestran esta parte de la playa:






Pero que pasaría si (por 0.3 segundos me siento Bea cada vez que pienso o escribo esto) recibieses un regalo de la feliz con esa cara b, con realmente una maquina del tiempo a lo que son las playas en nuestro país, ¿cómo te sentirías?


¿Y ahora? 

A seguir caminando.








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